miércoles, 11 de julio de 2007

Copérnico, de John Banville


Novela histórica sobre la vida y obra del revolucionario astrónomo Nicolás Copérnico (1473-1543) a cargo del reconocido escritor irlandés John Banville, famoso gracias, entre otras obras, a su reciente libro El mar, nueva muestra de su literatura elegante y obsesiva, densa en conceptualizaciones ideológicas; en este Copérnico de 1976, primer trabajo de una tetralogía sobre la línea que cruza la verdad y el pensamiento científico y conformada además por Kepler, Mefisto y La carta de Newton, el protagonista libra una batalla personal e ideológica entre la conciencia de la importancia de sus descubrimientos y el miedo a las represalias por parte de una iglesia fatanizada en su lucha contra Lutero.


Copérnico, presentado como el morigerado y afeminado hijo de unos comerciantes que palidece ante la desmesurada vida sexualmente nihilista de su hermano mayor, Andreas; atesorador de una inteligencia natural prodigiosa, una capacidad crítica sin límites y una fe católica poco ortodoxa, aunque consigue llegar a ser canónigo, es el arquetipo del personaje que busca la verdad platónica de todas las cosas, "descubrir la verdad y comprender nuestros descubrimientos" a partir de la astronomía para aprehender por fin la realidad última, el sentido de la vida, que para un científico no puede ser meramente contingente sino con un objetivo intelectual: "¿Cómo podríamos vivir si no creyéramos que somos capaces de conocer?"


Copérnico no sólo se enfrenta a su propio exilio interior, en ese sentido se comporta igual que un escritor perseguido, motivo quizá de especial interés para Banville, sino a la iglesia por una parte y al respeto a los clásico griegos y romanos a los que no osa discutir abiertamente. Es, en este sentido, un posmoderno y un antivanguardista que no se atreve a poner en solfa la altura intelectual de nombres como los de Ptolomeo o Aristóteles, aún intuyendo que parte de sus teorías están equivocadas, fundamentadas más sobre la especulación dialéctica que sobre la base matemática. Su miedo al castigo y a dejar sin fundamento moral y ético superior al hombre vulgar al desplazar la tierra del centro del Universo en favor de la teoría heliocéntrista, hace que la novela sea un continuo tour de force entre su aspiración a publicar El libro de las revoluciones para ofrecer la verdad "al pueblo" y su negativa en redondo a darlo a imprenta cargado de culpa, de decepción e inquina contra las burlas que le esperan: "Primero reirán y luego llorarán al ver a la Tierra degradada, girando en el vacío..."


La novela indaga también en su actitud política en las luchas entre el poder temporal del papado y los pequeños reinos y principados que conformarán la futura Alemania, amenazada por una Polonia ultracatólica que se alza como bastión antiluteranista frente a las veleidades de dogma germanas, y en su vida familiar e íntima donde resulta desgarrador su debate entre vivir el mundo físico o primar el mundo mental como lenitivo al "desastre general de su vida", donde no consigue salvar al hermano, dejarse vencer por su inclinación homosexual, ni darle amor a su prima acogida como focaria (barragana de cura) en su oscuro y frío torreón donde consume sus días en precarias circunstancias observando la luz de las estrellas.


Más que novela de formación, novela de deformación humana; más que histórica, novela sobre la duda vital e inteletual, sobre el miedo, sobre la imposibilidad de crear algo que sea a un tiempo hermoso, revolucionario y auténticamente verdadero. Banville habla también de la escritura a través de su desolado, tímido y enfermizo Copérnico.

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